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Caracas, 11 Mar. AVN.- Los actos vandálicos y delictivos que causan terror, caos y zozobra entre los habitantes de los municipios Chacao, Baruta, El Hatillo y Sucre se llevan a cabo sin ningún tipo de restricción, por parte de los alcaldes Ramón Muchacho, Gerardo Blyde, David Smolansky y Carlos Ocariz, respectivamente.
De forma pública y notoria los cuerpos policiales de esos municipios apoyan a los grupos delictivos que destrozan calles y avenidas; que queman basura y objetos; que rompen, incendian y abalean fachadas de organismos públicos y privados y que han mantenido, por más de 30 días, el terror entre la población esas juridicciones, habitadas mayoritariamente por la clase media alta.
Frente a la violencia, los alcaldes se han mostrado permisivos ante la ola de delitos e insisten en politizar las acciones criminales al concebirlas como un "derecho a la protesta".
El modo de operar de los violentos se repite a diario en esos municipios. Los vándalos toman las mismas calles y avenidas, atacan inmuebles, talan árboles y arrasan con todo el ornato público a su paso para incendiarlos en mitad de las arterias viales, bloquear los accesos a esos municipios y secuestrar a los vecinos que allí residen, que no pueden llevar a sus hijos al colegio ni dirigirse a sus sitios de trabajo.
La violencia no es gratuita en esas zonas. Los guarimberos de la Plaza Altamira, en Chacao, cobran hasta 5.000 bolívares semanales por mantener la actividad criminal en el municipio donde existe un foco violento desde hace 34 días,según reveló el ministro del Poder Popular para la Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres.
El pago a los guarimberos, agregó Rodríguez Torres, lo hace el partido Voluntad Popular, fundado por Leopoldo López y en el que milita además el alcalde del Hatillo, David Smolansky, quien ante los medios ha dicho que "estamos viviendo protestas espontáneas".
Con la mirada cómplice de sus alcaldes, los hechos vandálicos contra el sistema Metro de Caracas, registrados en los municipios de Chacao, Sucre, Baruta y El Hatillo, de la Gran Caracas, han dejado un saldo de 200 usuarios lesionados, 16 de ellos impactados por objetos contundentes, 40 trabajadores del sistema heridos y pérdidas materiales que superan los 9 millones de bolívares.
Las pérdidas materiales incluyen 94 unidades de Metrobus, seis trenes y cuatro estaciones, además del incendio de la caseta de control de Metrobús ubicada en la Plaza Francia de Altamira, que obligó a suspender el traslado diario de 25 mil usuarios en la ruta Altamira- El Hatillo, Altamira- El Cafetal y Altamira- La Trinidad.
Además, algunos adultos mayores se han tenido que mudar provisionalmente fuera de estos municipios, frente a la violencia e ingobernabilidad que reina en esas sectores. Incluso, los reporteros gráficos de la agencias internacionales de noticias decidieron no cubrir los focos, después que fueron agredidos en reiteradas ocasiones por los fascistas.
Todo ocurre sin ninguna medida contundente tomada por los alcaldes del Este caraqueño, que sólo se limitan a "reportar" vía twitter la alteración de la paz y y el orden público, pero sin hacerle frente con alguna propuesta.
