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sábado, 11 de febrero de 2012

FARC acosan a indígenas colombianos

Cerca del 40% de los líderes indígenas colombianos han sido amenazados por las FARC, según la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC). En la fotografía, niños de la tribu Embera-Katío. (Cortesía de ONIC)
BOGOTÁ, Colombia – Aureliano Socarreño, de 79 años, y su nieto Julio, de 14, dos indígenas de la reserva Nasa West de Colombia, son las más recientes víctimas de la violencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Mientras caminaban por Tolima el pasado 18 de noviembre, Socarreño pisó mina terrestre enterrada por las FARC, lo que le produjo la muerte minutos después.
Tras darse cuenta de la explosión, otros miembros de la tribu acudieron a su ayuda, pero ellos también se vieron en medio del campo minado. Fue ahí cuando su nieto Julio también sucumbió por estos dispositivos explosivos. Un soldado del Ejército también falleció, y dos indígenas más resultaron heridos en el intento de rescate.
El General Henry Torres, comandante de la Quinta División del Ejército Nacional, dijo a medios locales que las acciones de las FARC “son una clara violación de derecho internacional humanitario por parte del grupo narcoterrorista”.
Lo cierto es que, además de los bombazos, el secuestro de personas por años, el obtener financiamiento a través del narcotráfico y otras actividades ilegales, e incluso abusar de sus propias filas, las FARC atacan en forma constante a la población indígena de Colombia.
Desde 2002 a 2010, 1.500 indígenas han perdido la vida a manos de la organización terrorista, según la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).
“Mil 500 indígenas muertos en ocho años es una cifra que realmente pone a pensar a cualquiera sobre la ignorancia y barbarie con la que las FARC atienden sus asuntos”, dice Gloria Amparo Rodríguez, especialista en legislación indígena de la Universidad del Rosario.
Desde 2004, 80.000 indígenas han sido desplazados de sus lugares de origen por hostigamientos de las FARC, según ONIC.
“Nuestros indígenas no pueden caminar libremente por sus tierras”, dice Luis Evelis, líder indígena y representante de ONIC. “La guerrilla los tiene rodeados con campos minados o asesinan a sus líderes para debilitar a las comunidades, lo que siembra miedo y obliga el desplazamiento de indígenas. [Las FARC buscan el] control de zonas estratégicas para su lucha contra las autoridades y sembrar hoja de coca”.

“Mil 500 indígenas muertos en ocho años es una cifra que realmente pone a pensar a cualquiera sobre la ignorancia y barbarie con la que las FARC atienden sus asuntos”, dice Gloria Amparo Rodríguez, especialista en legislación indígena de la Universidad del Rosario. (Cortesía de Gloria Amparo Rodríguez)
Según el censo de 2005, en Colombia hay 1.3 millones de indígenas, lo que equivale al 3% de la población.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) señaló a mediados de noviembre en un comunicado que “la situación de seguridad de los indígenas colombianos es grave y la ACNUR manifiesta su preocupación por los graves hechos de violencia que enfrentan las comunidades indígenas Embera-Katío, Embera-Dobida y Senú en Antioquia, y el Pueblo Awá en el departamento de Nariño”.
Tras la muerte del líder de las FARC, Alfonso Cano, el Ejército colombiano pudo comprobar que el grupo terrorista asesinaba regularmente a líderes indígenas de la comunidad awá en 2009, como esta comunicación capturada en uno de los computadores del líder guerrillero: “La columna mariscal Sucre ajustició a ocho bandidos indígenas, repudiados por la comunidad, sapos confesos, capturados cuando exploraban para el Ejército”.
Según la ONIC, el 40% de los líderes indígenas de Colombia están amenazados por las FARC.
Los departamentos de Antioquia, Nariño y Cauca viven una delicada situación en cuanto a hostigamiento y asesinato a indígenas, según un reporte de El Espectador.
En los seis primeros meses de 2011, 19 indígenas fueron asesinados en Antioquia, mientras que las comunidades indígenas Embera de Nariño, ya han sido declaradas en vía de extinción por la ONIC.
“Los distintos actores armados no pueden seguir matándonos”, dijo Evelis a medios locales tras el asesinato por parte de las FARC el pasado 16 de noviembre del líder de la comunidad Embera, Fabio Domicó Domicó, gobernador Mayor Suplente en el municipio de Dabeiba, en el occidente de Antioquia. “El Estado y el gobierno colombiano deberán implementar de manera inmediata acciones para preservar la vida de nuestros líderes y la pervivencia de nuestras comunidades”.
Para Cecilo Medina, politólogo de la Universidad Javeriana, las intenciones de las FARC a la hora de asesinar líderes indígenas y buscar el desplazamiento de las mismas son claras.
“Históricamente los indígenas colombianos han mostrado una clara neutralidad frente al conflicto”, dice Medina. “Sin embargo, el trasfondo de las agresiones de las FARC no es otro que el control de territorios para usarlos como fuente para el tráfico de cocaína. Qué mejor manera que la coerción a los líderes, por eso los matan y el resto de la población se desplaza”.
Medina agregó que las FARC muchas veces acusan a los indígenas de colaborar con las autoridades, antes de ejecutarlos.
El Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha dejado claro que su administración protegerá a los indígenas de ese país.
Al jurar como mandatario de la nación, Santos dijo que “el Gobierno colombiano está comprometido con la protección de nuestros indígenas, estamos comprometidos en cuidar sus zonas sagradas, su medio ambiente y respetamos su neutralidad ante el conflicto, pero no permitiremos que sigan atropellando a nuestros indígenas y sus líderes. Cada comunidad indígena hace parte de la gran estrategia conjunta de seguridad que el gobierno está implementando para mantener la paz en el país y acabar con las FARC”.